En el mundo del fútbol muchos sostienen que el 0-0 es sinónimo de partido aburrido. Sin embargo, aunque en muchos casos sea así, hay excepciones y el empate de anoche en Boca y Talleres de Córdoba lo confirma. Es que el 0-0 no se condice con lo que mostraron ambos equipos, sobre todo en la primera etapa.
Esos primeros 45 minutos fueron de lo mejor de la noche. Tuvo vértigo, polémicas y goles anulados, pero terminó con el marcador intacto. El primero en avisar fue Miguel Merentiel pero tapó Guido Herrera y luego Ezequiel Fernández convirtió pero en offside.
Algunos minutos después, Boca otra vez se quedó con el grito atragantado. “Equi” habilitó hacia la derecha para la definición de Edinson Cavani pero la revisión del VAR lo vio milimétricamente adelantado habilitando la discusión.
A partir de ese momento, el equipo de Walter Ribonetto, mejoró y comenzaron a llevar peligro al arco de Sergio Romero. Primero con un tiro desviado de Federico Girotti y luego con un gol anulado a Ramón Sosa por un fuera de juego evidente.
En el complemento el juego estuvo más equilibrado, ambos tuvieron la posibilidad de llevarse algo más de La Bombonera, pero entre la impericia de los delanteros “xeneize” y el palo que favoreció a “Chiquito” tras un cabezazo de Girotti, los minutos fueron transcurriendo y el 0-0 dejó a ambos equipos con sensaciones encontradas en la tercera fecha de la Liga Profesional.